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Historias del ferrocarril de Criptana: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)
Tiene la historia ferroviaria de Campo de Criptana sus luces y sus sombras. Pero esto es como todas las historias que, por lo general, tienen estos dos lados, y a veces muchos matices intermedios. A decir verdad, la mayor parte de la historia ferroviaria de Campo de Criptana está repleta de luces. No sería hoy Campo de Criptana lo que es si no hubiese tenido ferrocarril; no lo sería, ni desde el punto de vista económico, ni desde el social, y ni siquiera desde el urbanístico, pues no tendría ese barrio industrial que se fue configurando poco a poco a base de bodegas e industrias relacionadas alrededor de la estación ferroviaria. No se podrían entender los mejores años del pasado vinícola criptanense, en la última década de finales del siglo XIX y en las primeras del XX sin el ferrocarril. El primer tren de la línea Madrid-Alicante pasó por Campo de Criptana en 1855, y desde entonces ciertos percances, unos de mayor alcance, otros de menor, han tenido lugar sobre las vías ferroviarias en término criptanense. No hablaremos aquí de ellos; ya les hemos dedicado bastantes artículos en lo que llevamos escrito de este blog.
Hablaremos sobre la responsabilidad de uno de ellos, pues en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 20 de julio de 1866, encontramos el siguiente edicto del Juzgado de Alcázar de San Juan:
Bernardo Sanchez Arias, Juez de paz de esta villa y encargado del de primera instancia por traslacion del Sr. propietario.
La linea del ferrocarril: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)
Por el presente primer edicto, cito, llamo y emplazo á D. Alejandro Promp de Madiedo, Director que fué de la Compañía de los ferro-carriles de Madrid à Zaragoza y à Alicante, para que se presente en este Juzgado, para recibirle declaración indagatoria, é instruirle de que está procesado y se le sigue causa criminal con motivo del choque de dos trenes ocurrido entre las estaciones de Záncara y Criptana, dentro del término de nueve días.
Dado en Alcázar de San Juan á 12 de Julio de 1866.- Bernardo Sánchez Arias.- Por mandado de S. S. Trinidad Elías.
Esto fue en julio de 1866. Hacía, pues, poco más de once años de la primera circulación de trenes por el término criptanense. No sabemos exactamente a qué accidente se refier este edicto. Quizá pueda relacionarse con el choque tuvo lugar en 1862 (véase: Un choque de trenes en Campo de Criptana en 1862).

En la estación de Záncara: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2016)
No era ésta, sin embargo, la primera vez que se buscaban responsabilidades en los tribunales por un accidente de este tipo. El 27 de junio de 1859 un tren arrolló al carruaje conducido por Liborio Carramolino cuando cruzaba la vía. A resultas del juicio se absolvió a los ingenieros del ferrocarril, a los que se culpaba de no haber instalado debidamente barreras en los pasos de las vías, y se culpó el maquinista y el conductor, pues se suponía que tendrían que haber tenido en cuenta que se acercaba su tren a un paso a nivel sin guarda y tendrían, en consecuencia, que haber reducido la velocidad (véase: Un siniestro ferroviario en los tribunales, Campo de Criptana, 1859-1861).
Por cierto, Alejandro Promp aparece como ingeniero jefe de la línea de Madrid a Zaragoza en el Indicador de Madrid para el año de 1858 (Madrid, Imprenta Nacional, 1857), p. 343. Vivía en la madrileña calle de Atocha, núm. 30.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO