Etiquetas

, , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Continuamos exprimiendo esta inagotable fuente de información para el conocimiento de la vida económica del Campo de Criptana de mediados de los años sesenta del pasado siglo. Nos referimos, por supuesto, a la publicación que nos lleva ocupando ya con el de hoy veintinueve artículos: el Anuario Comercial Manchego de 1965-1966. Y la «M» nos sigue proporcionando momentos de gran fruición, a la par que datos de copiosa información sobre el Criptana de entonces. Fueron ayer las matronas y los mecánicos, «talleres mecánicos», se especifica. Hoy tocan los médicos, y encontramos de ellos una buena cantidad en Campo de Criptana… y de diversas especialidades.

Comencemos pues a nombrar a quienes por aquellos años velaban por la salud de los criptanenses:

Cirujanos:
José A. Minguijón Sáiz.- Calle Concepción, 50.

Estomatólogos:
Horacio del Barco Tirado.- Calle Soledad, 6.

General:
Pedro Gascó Gascó.- Los Arenales
Manuel Valiño y Novo.- Calle Monescillo, 3.

Interna:
José de la Guía Amores.- Calle Soledad, 30.
Honorio Leal Manjavacas.- Avda. La Fuente, 1.
V. Antonio Ortiz Muro.- M(arqués) de Mudela, 35. Teléfono 11.

Odontólogos:
Luis Arellano Bajón.- Calle Monescillo.

Puericultores:
Dámaso Alegre Jiménez.- Avda. José Antonio, 19. Tl. 12.
Luis Ferreiro Alaez.- Cabezuelos (sic, por «Cabezuelas»), 3. Teléfono 131.

Tocólogos:
José Peñaranda García.- C(ardenal) Monescillo, 3. Teléfono 284.

Estos son los nombres de los médicos de Campo de Criptana por aquel tiempo que aparecen citados en el Anuario Comercial Manchego. La mayor parte de ellos, suponemos, son conocidos para muchos de los que hoy estarán leyendo este escrito. Obsérvese, ya que estamos en éstas, la prolífica abundancia de médicos que por aquel tiempo había en la calle Cardenal Monescillo.

Y no acaba aquí lo que nos tiene que dar de sí la «M». Quedan aún algunos capítulos que dejaremos para el artículo del próximo día, como el de «Mercerías» y «Molinos», donde la «M» tendrá su ocaso para dar paso a la «N», como debe ser y como dictan las buenas normas y costumbres… y también el orden natural de las cosas.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO