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Entre viñedos: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Dos etapas llevamos ya corridas por el Camino de Argamasilla de Alba a El Toboso, dos etapas desde que lo tomáramos en un momento indeterminado de la irrealidad, para seguir una dirección entre muchas que podríamos haber elegido. Una decisión nos llevó en una imposible potencialidad a tomar desde el Camino de Socuéllamos el camino de Argamasilla a El Toboso hacia el norte, hacia la N-420, hacia El Toboso. El camino nos llevará, sin duda, hasta El Toboso, pero no llegaremos tan lejos. Seguimos este itinerario, como en días anteriores, con el mapa del Instituto Geográfico Nacional de 1886 en la mano. El paseo es hoy, el mapa es del pasado. Tiene esto su encanto, pues es como saltar de dimensión, como viajar en el tiempo.

Y algún que otro arbolillo: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Cruces, cruces y más cruces de caminos nos fuimos encontrando en nuestro recorrido por el Camino de Argamasilla a El Toboso desde que dejáramos la carretera N-420. Y viñedos, más y más viñedos, a un lado y al otro del camino, y en el horizonte que dejamos detrás, y en el que tenemos delante. Hay unas pequeñas ondulaciones en el terreno, y también están cubiertas de viñedo. Son Las Colinas, paraje de nombre pizpireto y resultón, cantarín como el agua fresca de una cascada, nombre de evocaciones paisajísticas. Allí, al fondo, la Casa de la Bóveda. No se cansa mirar uno para todos lados. El paisaje embelesa, el paisaje canta como una sirena y uno, a lo mejor, se siente como Ulises, y tiene que atarse a su bicicleta para no dejarse arrastrar. Una Odisea en La Mancha.

Pero sigamos y alcancemos ya el Camino de Campo de Criptana a Mota del Cuervo, o, como es conocido, el «Camino de la Mota». Se acentúa el paisaje de colinas por estos parajes, y viñedos y más viñedos. Tomamos este camino ya en dirección a Campo de Criptana, y lo seguimos. Se vuelve el paisaje variado. No dominan ya los viñedos; empieza a haber tierras baldías por aquí y por allí, algún que otro almendro, y muchas olivas. Digo «olivas», porque es el nombre que en el centro y sur de España se da a este árbol. Y su fruto se llama «aceituna». En el norte la «oliva» es la aceituna, y el árbol es el olivo. Pero aquí, en el centro y sur conservamos el género femenino que los árboles tenían en latín, como entes productores de vida…, de fruto.

Viñedos y el santuario: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Seguimos el camino. Estamos cerca del paraje de El Salobral y su pozo. A la derecha nos saldrá este camino al encuentro. Y haremos, ya a estas alturas del camino de la Mota, un ejercicio de imaginación. Campos y campos eran estas tierras hasta no hace mucho. Hoy es un paraje destruido, arrasado por canteras y graveras, paisaje después de una batalla. Creo que no puedo recorrer más este camino. Conocí todo este paisaje cuando era campo puro y limpio. Ahora ya no.

Ya desde lejos, en el camino, vemos al fondo el cerro de la Virgen de Criptana. Es la referencia del paisaje en este paraje, y hacemos de tripas corazón, y no miramos a un lado y otro del camino para no ver el estropicio paisajístico. Es una lástima que esta excursión imaginaria haya acabado así, en un paisaje que fue fértil y feraz y hoy tiene más de marciano que de terrestre.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO