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El Chozo del Rey: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2003)

Una excursión, un paseo real, nos está dando ideas para el futuro, para otros recorridos, para otros destinos. Es curioso cómo una decisión en un cruce de caminos determina todo el resto de la excursión, igual que una decisión en la vida determina todo lo que ocurrirá en el futuro. No podemos saber qué habría ocurrido si hubiésemos tomado otra decisión en un momento determinado. Sólo podemos preguntárnoslo, porque nunca lo sabremos. Esto estamos haciendo en esta excursión. Tomamos en su momento un camino, pero podríamos haber tomado muchos otros, muchas alternativas que nos habrían llevado a destinos diferentes o, quizá, habríamos acabado en el mismo lugar. Nunca se sabe.

Camino de la Mota: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Antes de continuar, bueno será que volvamos al artículo de ayer, en el que narrábamos la excursión irrealizada por el Camino de la Mota, para hacer referencia, como nos recordaba convenientemente nuestro lector y amigo Melquiades (antropónimo derivado de la raíz hebrea MLK, «rey»), a un chozo, el de Maroto. Pero, hablando de chozos, nos centraremos en otro, en el Chozo del Rey, muy cercano al anterior. Hoy es el Chozo del Rey la ruina de una arquitectura caprichosa de otros tiempos, en tapial, pero su nombre trae evocaciones grandilocuentes a la mente… «Chozo del Rey», no por Chozo, sino por Rey. Y la imaginación se desborda en estos casos. ¿Un rey? ¿Habrá pasado por allí un rey?

El Chozo del Rey: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2013)

Curiosamente el Chozo del Rey no aparece en el mapa del Instituto Geográfico Nacional de 1886, pero sí aparece el topónimo en referencia a un paraje, y no a una casa en particular, en los mapas actuales. Y está, en efecto, junto al Camino de la Mota, aproximadamente a unos 2.400 metros del cruce de este camino con la CR-1101, carretera a El Toboso. Son los caminos los límites naturales del paraje, y también un arroyo. Al este el de La Losilla, al norte el Cerro Lobero y al oeste el arroyo, la Vertiente del Salobral, cuyo cauce parte del paraje de la Cueva de la Laguna, corre hacia el noreste esquivando colinas hasta descender a un coqueto vallecillo por el transcurre la carretera a El Toboso.

En el valle de la Vertiente del Salobral, un día de niebla: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2009)

Y hace forma de arco el cauce buscando las tierras bajas y rodeando el Cerro Altaya (sic). Está el vallecillo de la vertiente a 707 metros sobre el nivel del mar a la altura de esta carretera, mientras que el Cerro Altaya (sic en el mapa moderno) está a 745. Y a medida que la Vertiente del Salobral sigue hacia el sur van bajando las tierras: 702 metros sobre el nivel del mar en el paraje del Chozo del Rey, 695 al sur del Camino de la Mota, 688 en La Perogila, y 675 metros en el lugar en el que su cauce confluye con la N-420, en el paraje de la Cañada del Muerto. Con esto se puede comprender perfectamente la dualidad valle / cerro en el itinerario de este arroyuelo.

Y así, de en nuestra excursión utópico hemos acabado en la Vertiente del Salobral. Bueno será, en un momento dado, dejar aparcada la bicicleta y recorrer a pie las orillas de este arroyuelo. Merecerá la pena… aunque solo sea por los paisajes.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO