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Entre las muchas noticias que se publicaron en la prensa española sobre el fenómeno taurino del momento, «El Chico de Criptana», hubo algunas que reprodujeron la sesión del Congreso de los Diputados en las que el tema salió a relucir. Y salió a relucir la cuestión porque era cuestión política de primera magnitud, o al menos así se sintió en la época. Más que la gravedad del hecho en sí, el de que el gobernador de Palencia hubiese participado en una becerrada con el nombre de «Chico de Criptana», primó sin duda la utilización del hecho como arma arrojadiza entre partidos políticos. Una versión de lo ocurrido en la sesión del 16 de julio de 1923 del Congreso de los Diputados nos la contaba, como veíamos ayer, el periódico La Acción, del 16 de julio.
Otra versión, muy parecida, se publicó en el periódico La Correspondencia de España, en el número correspondiente al mismo día que el anterior, en la sección titulada «La sesión de hoy en el Congreso». El título de la noticia es «El gobernador de Palencia ha sido sacado en hombros», y el subtítulo es «Pero a pesar de su gran faena, recibe tres avisos del ministro de la Gobernación». El contenido de la crónica de la sesión es muy parecido al publicado en La Acción, aunque aporta algunos detalles nuevos y diferentes. Dice así:
Bajo la presidencia del Sr. Alvarez (don Melquiades) se abre la sesión.
Los escaños, desiertos. Las tribunas, medio vacías.
Es leída y aprobada el acta de la sesión anterior.
En el banco azul, los ministros de la Guerra, Hacienda, Gobernación y Fomento.
RUEGOS Y PREGUNTAS
El Sr. ARROYO, entre la estupefacción de la Cámara, da lectura de la reseña de dos toros lidiados en una becerrada celebrada en Palencia, y en cuya reseña se habla de volapiés, faroles, verónicas, orejas, rabos, y que al fin el joven de Criptana, que era el matador, fué sacado en hombros. (Asombro y risas).
Una voz en la tribuna de la Prensa: ¿Y eso, qué?
El Sr. ARROYO: Pues eso es que ese fenómeno taurino, llamado el Chico de Criptana es nada menos que el gobernador civil de Palencia (Hilaridad general y nuevo escándalo).
Comprenderéis, señores diputados, que es una lástima que un joven que tan grandes aptitudes taurinas demuestra, esté malgastando el tiempo en el Gobierno civil de una provincia. (Nuevas risas).
Y yo pregunto al Gobierno si el cargo de gobernador civil es compatible o no con el de matador de novillos. (Hilaridad general).
El ministro de la GOBERNACIÓN: Ya le dije a S.S. particularmente, y le repito ahora, que una vez haya comprobado que el tal Chico de Criptana es el gobernador civil de Palencia, éste dimitirá el cargo.
El Sr. ARROYO: Tiene S.S. varios modos de comprobarlo, pues a la becerrada asistieron más de cuatrocientas personas. Y además, basta que lo diga yo seriamente, como lo he hecho.
El ministro de la GOBERNACIÓN: Pues tan seriamente como S. S. ha hablado procederé yo.
Y hasta aquí llega la crónica parlamentaria que, como ya hemos dicho, aporta algunas novedades respecto a la publicada en el periódico La Acción, como el detalle del número de testigos de la faena del Chico de Criptana, unos cuatrocientos. Fue, sin duda, la sesión, cúmulo de ironías sobre la cuestión en un hemiciclo semivacío, más o menos como hoy día en muchas ocasiones, en aquella tarde de verano de 1923, día de julio, tórrido, seguro, ejerciendo como presidente de la cámara Melquiades Álvarez (1864-1936).
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO