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Ha sido prolífica la aparición de religiosos criptanenses, nacidos en Campo de Criptana o venidos a Campo de Criptana, especialmente con destino a su en otro tiempo existente y floreciente Convento de Carmelitas Descalzos. Es casi inexistente, por el contrario, la representación de religiosas. Y para que tal carencia no siga siendo un baldón de este blog, hoy traemos noticia de una religiosa, nacida en Campo de Criptana en 1670 y fallecida en el Real Monasterio de María Santísima de la Encarnación de Mula (Murcia) en 1716.
Tenemos de ella amplia reseña biográfica, de su familia, de su dedicación religiosa, y de las circunstancias de su fallecimiento, en la obra cuyo título es: Cronica del religioso, observantisimo Real Monasterio de Maria Santisima de la Encarnacion, religiosas franciscas descalzas de la Primera Regla de Nuestra Serafica Madre Santa Clara, fundado en la Ilustre, Noble, y Antigua Villa de Mula, diocesi de Cartagena, reyno de Murcia. Escribiala el P. Fr. ANGEL DE MOLINA Y CASTRO, Predicador General, Hijo de la Santa Provincia de Cartagena de la Regular Observancia de Nuestro Padre San Francisco, quien la dedica a la dicha villa representada en su Justicia, Concejo, y Ayuntamiento, Tomo 3, en Murcia, en la Imprenta de Felipe Teruel, año 1779.
Y para encontrar tal reseña nos tenemos que ir al capítulo VI, cuyo título reza:
Septima Eleccion Canonica celebrada por esta santa Comunidad, y noticia de dos Religiosas muertas en este trienio, que fueron las Madres Sor Teresa Maria de San Diego, y Sor Teresa de Jesus, Maria, y Joseph.
Y ya, dentro de él, en las páginas 912-914, encontramos la referida reseña en cuya transcripción respetamos escrupulosamente las peculiaridades gráficas del original:
En este trienio se dignó el Señor llevar para sí tres Religiosas, de quienes la primera fue la Madre Sor Teresa María de San Diego, natural de la Villa del Campo Criptana, Pueblo conocido en la Provincia de La Mancha. Nació por los años de 1670, hija legítima de Don Francisco Perez del Rincon y Mora, y de Doña Felipa Sanchez y Arias, personas distinguidas. Con la edad se halló inclinada à consagrar con su vida su pureza à Dios, en el estado Religioso, lo que logró en este de Mula en la florida edad de veinte años, y en diez y siete de Diciembre de 1690. En el año de aprobación dió pruebas de una vocacion perfecta, aplicando à la instruccion de las leyes que havia de observar para ser Esposa fiel del Cordero; por lo que celebró los desposorios mediante la profesión.
No olvidó la profesa los fervores de Novicia, y aplicandose al cumplimiento de sus ministerios, utilizaba el tiempo restante consumiendole en la oracion, y oficios de humildad. En esta virtud cabó pretendiendo no solo satisfacer los humildes exercicios de su cargo, si tambien prevenir los agenos, quitandolos de las manos para hacerlos propios. En la obediencia fue exemplar de Religiosas cumpliendo con lo que le mandaban, sin pararse à considerar, si era facil, ó dificil, ò si era ò no de su incumbencia. Para probar su obediencia le mandaron cosas estrañas, ridiculas, y contrarias, y advertian que nada la conturbaba, ni suspendia. En este serie de vida contraxo algunos accidentes, los que coronó una hidropesia, cuyos sensibles efectos dieron exercicio à su paciencia por quatro años. No pudieron sus penosos accidentes suspender su fervor, para omitir asistir à las divinas alabanzas, y recibir la Sagrada Comunion. Al verla tal devilitada la solian persuadir las Religiosas, para que permaneciese en la enfermeria; pero respondia con agrado, dexadme ir à buscar el remedio de mi alma en mi Esposo, y ofrecerle mis trabajos. A la verdad era el Divino Sacramento el objeto de su amor, y en su recepcion hallaba consuelo de alma y cuerpo; por lo que se animaba sobre sus fuerzas para saciar la sed de su alma. Premió el Señor su devoción ordenando le recibiera todos los dias de su enfermedad ultima, hasta el mismo dia en que murió. Agravados sus accidentes recibió con edificacion todos los Santos Sacramentos, y despues de administrarle la Santa Uncion suplicó con lagrimas à su Prelada, y Director le concedieran el consuelo de administrarle la Sagrada Comunion los dias que su Magestad le concediese vida. Concedida su suplica llegó a comulgar hasta la mañana del dia diez y seis de Octubre de 1716. y entre nueve y diez de la misma mañana entregó su espiritu à su Criador.
Así pues, murió Sor Teresa María a los 46 años de edad. Se ha citado entre los males que la aquejaron la hidropesía o edema, que, como es bien sabido, es consecuencia de diversas enfermedades, en algunos casos graves.
Y así, con este artículo, saldamos una deuda en la trayectoria de este blog y no son solo noticias de religiosos las que aparecen en él, sino también de una religiosa… nacida en Campo de Criptana.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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