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Fue aquel año de 1911 abundante en visitas del obispo a pueblos de su diócesis en Ciudad Real. En noviembre había hecho su visita a Campo de Criptana, y a tal acontecimiento dedicamos en su momento una serie que nos salió larga, quizá demasiado larga… a lo mejor más larga que la propia visita*. Pero en esto tenemos excusa, porque no podemos evitar ceñirnos a la crónica, detallada y prolija como siempre, que de tal hecho nos legó a la posteridad nuestro querido y nunca siempre justamente ponderado corresponsal criptanense de El Pueblo Manchego. Y ya que venía el obispo a Campo de Criptana fue también a Arenales de la Moscarda, actual Arenales de San Gregorio, que en aquel tiempo formaba parte del término municipal criptanense. Y nuestro corresponsal del periódico provincial estuvo ojo avizor, y no dejó pasar detalle de lo ocurrido en la visita a Arenales, y lo recogió todo, con pelos y señales, y escribió una crónica. Y la crónica se publicó en el número 269, año I, del periódico El Pueblo manchego, del 1 de diciembre de 1911.

Arenales: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2016)
Es crónica jugosa… hay que reconocerlo, e interesante, como todas las que nos legó el corresponsal. Le dedicaremos por ello serie, porque merece la pena que veamos con detenimiento qué ocurrió en aquella visita y, a la vez, cómo era el Arenales de aquel tiempo. Y en la primera entrega, que es la de hoy, nos centraremos en el preámbulo con el que nuestro corresponsal encabeza su crónica. Del comienzo de la visita en sí nos ocuparemos mañana.
Veamos, pues, la materia correspondiente al artículo de hoy. Comienza el corresponsal dando algunas informaciones básicas sobre Arenales de la Moscarda, sobre su parroquia, su cura párroco, y, especialmente, sobre su propio interés en el asunto, como criptanense y como corresponsal. Veamos, pues, qué nos dice en este comienzo de su texto:
Esta pintoresca aldea es un grupo de edificios diseminados que forman una población de más de 500 almas. En el arreglo parroquial último se creó la parroquia de San Gregorio Nacianceno y fué provista por nombramiento de su actual cura párroco D. Alejandro Fernández García. Como Arenales radica en el término municipal de esta villa y mi acción de corresponsal de EL PUEBLO MANCHEGO se extiende á todo él, amablemente invitado por el párroco y en unión del prestigioso ex diputado provincial y futuro…, bueno lo que sea, D. Casimiro Penalva y Estela, allá me fui lapiz en ristre, dispuesto á contar cuanto ocurriera en la estancia del Prelado en este poblado y visita á sus humildes moradores.
Así fue el preámbulo del corresponsal a su crónica. En aquel año de 1911, Casimiro Penalva figuraba con el puesto número 6 en el listado de mayores contribuyentes de Campo de Criptana, con una cantidad de 556,25 pesetas. En el puesto primero estaba Alfredo Ruescas Rodríguez, con 1.598,75 pesetas, en el segundo Juan Baíllo Marañón, con 1.154,33 pesetas, en el tercero Jesús Moreno Reíllo, con 949,46 pesetas, en el cuarto Felipe Palmero Fermoso, con 796,66 pesetas, y en el quinto, Valentín Ortiz Quintanar, con 703,266 pesetas. Era en aquel tiempo alcalde de Campo de Criptana Hilarión Escobar.
Aquí lo dejamos por hoy. Seguiremos mañana desgranando tan interesante materia.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
* Serie: La ilustre visita episcopal (Campo de Criptana, 1911)
La ilustre visita episcopal (Campo de Criptana, 1911) (I): Preámbulo y observaciones generales
La ilustre visita episcopal (Campo de Criptana, 1911) (V): La comunión y los padrinos
La ilustre visita episcopal (Campo de Criptana, 1911) (VI): El banquete y los comensales
La ilustre visita episcopal (Campo de Criptana, 1911) (IX): La Adoración Nocturna
La ilustre visita episcopal (Campo de Criptana, 1911) (X): La aclamación infantil