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Introducíamos ayer en el recorrido del caminante el factor «decadencia». A lo mejor este paseo por parajes y por tierras criptanenses no es sino sólo eso… un paseo por decadencias, por casas que fueron y hoy son ruinas, por parajes que han ido cambiando, por cotidianeidades olvidadas. Es, sin duda, una razón de más para continuar este recorrido y para seguir acompañando a nuestro caminante, vaya adonde vaya.

Pensábamos que dejaría el caminante a su espalda la Casa de Castilla y que retomaría su marcha por el camino de Argamasilla de Alba a El Toboso. Como casi siempre, nos equivocamos. No podemos hacer pronósticos acertados con este caminante. Va adonde le da la gana… y hace bien.

Estando aún el caminante en la Casa de Castilla mira al otro lado de la carretera N-420. ¿Qué habrá allí? ¿Qué sorpresas nos oculta la carretera? Decide el caminante cruzar la carretera… y mira a la izquierda, y mira a la derecha… y no viene nadie. Y cruza, siguiendo el camino que, partiendo de la Casa de Castilla sigue hace el norte, hasta su encuentro con el camino de las Bataneras. Sin embargo, hará antes cruce con el camino Viejo de Campo de Criptana a Pedro Muñoz.

Y allí, no muy lejos, ve una casa. Mira el caminante en el mapa del Instituto Geográfico Nacional de 1886… «Casa de la Beata», dice la leyenda junto a un punto rojo situado en el camino mismo de las Bataneras. Y «Pozo», pone también. Quién fuese la beata que dio nombre a una casa no lo sabemos. Sigue el nombre aún en los mapas modernos, allí, al sur del paraje del Haza del Majanar y ya a poco más de 800 metros del limite con el pueblo vecino de Pedro Muñoz. No lo hemos dicho, pero el camino que parte de la N-420, más o menos a la altura de la Casa de Castilla, hacia el norte, es el Camino de las Bolilleras, y así se recoge su nombre en el mapa de 1886. Pero que no pregunte el caminante en nuestro tiempo a los mapas. No encontrará tal nombre. Hallará el camino, pero no su nombre que, sin embargo, no debe caer en el olvido. Es nombre éste.. «de las Bolilleras» nombre rimbombante, nombre evocador de otros tiempos.

Ahora ya sí… ahora ya sí abandona el caminante estas tierras y retoma su camino hacia el sur con un rumbo que aún no podemos concretar. Mañana descubriremos, al menos, parte de ese destino secreto de nuestro caminante., que se aleja por la N-420 pensando quién fuese la beata, quiénes fuesen las bolilleras y quiénes las bataneras que a tanto topónimo han dado lugar…. intentando ponerles caras. Por fortuna, la imaginación es libre.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO