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Un Domingo de Ramos de descanso, y vuelve el caminante a su faena, que no es sino la de recorrer parajes y paisajes criptanenses. Quedaba el último día en el camino de Argamasilla de Alba a El Toboso, nada más cruzar el puente sobre el ferrocarril. Y de allí parte hoy, hacia el sur, en busca de la carretera CR-1222, de Campo de Criptana a Arenales de San Gregorio. Pero si el caminante vuelve al pasado, al año 1886, encontrará que no había carretera, sino un camino, el de la Dehesa de Melgarejo. Y después de andar un buen trecho (porque es un buen trecho, aunque en el mapa no lo parezca), llega a la carretera.

Paisaje: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2018)
¿Qué dirección seguir? Lo piensa el caminante, y toma una decisión. Sigue la carretera en dirección a Arenales de San Gregorio. Al poco encuentra el caminante el río, el Záncara, pero lo tiene fácil con la carretera. Hay puente. Pero si vuelve al pasado encontraría un problema, pues en ese mismo lugar había un vado en el río que había tomado el nombre de Vado de Mascaraque.

Junto al Camino de la Villaja: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)
Una vez pasado el río en dirección a Arenales el camino cambiaba en otros tiempos su nombre, y se llamaba Camino de la Villaja. Así aparece en el mapa del Instituto Geográfico Nacional de 1886. Cuando el río iba crecido de aguas y el vado resultaba impracticable, había que ir a un puente, al puente por excelencia sobre el río Záncara… el de San Benito.
Cruza el río el caminante y enfila su rumbo hacia un grupo de casas que ve allá, no lejos, en el camino. Bodegas de Reguillo, Casa del Jaque, Casa de Chicharrones y un Pozo. Así aparece el conjunto en un cruce, el del Camino de la Villaja en dirección norte – sur, con el Camino de las Carretas, en dirección este – oeste.
Vuelve al presente el Caminante. Encuentra en aquel lugar, el situado al sur del río, un nombre… Vado del Molinillo, y un poco más al oeste, al otro lado de la carretera, otro topónimo… Casa Moreno. El conjunto de casas sigue ahí. Ahí siguen la Casa del Jaque, la Casa de Chicharrones, y encontramos la Casa del Secretario. Al sur del conjunto, encontramos otro topónimo… La Dehesa, y al este otro más… Casa de los Menudos.

La llanura: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2015)
Y ya en ese punto, mira el caminante hacia atrás, allí mismo y en el tiempo, y piensa en cómo fuese el río en otros tiempos de grandes esplendores hídricos, cómo fuese cuando sus aguas rebosaban de orilla a orilla, cuando de vez en cuando se desbordaban. Piensa en aquello hoy, mientras mira al presente y ve el río seco, árido, polvoriento, como paisaje después de una batalla. Mira al río y no comprende, como tampoco comprende otras cosas. ¿Qué se le va a hacer? Hay cosas que escapan a nuestro discernimiento… y al del caminante también. Y por eso retoma su camino, o continúa por el de la Villaja hacia el sur. De seguir esa dirección cruzará, casi sin darse cuenta y así como quien no quiere la cosa, los límites entre Campo de Criptana y Arenales de San Gregorio, pero eso será otro día.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO