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Le gusta al caminante estar siempre al límite. En esto nos ha salido aventurero. Y por eso sigue el camino que hace de límite entre los términos de Campo de Criptana y Arenales de San Gregorio. Es el camino de Campo de Criptana a Tomelloso. ¿Cuántos kilómetros tiene la frontera entre Campo de Criptana y Arenales de San Gregorio desde el puente de San Benito hasta el punto sur, en el que acaban las tierras arenaleras? Pues lo medimos y lo sabemos. Paso a paso. Y nos sale un resultado: poco más de nueve kilómetros, a lo mejor nueve kilómetros y medio… que no es poco.
Sigue hacia el sur el caminante por ese camino. A un lado tiene Arenales de San Gregorio y al otro Campo de Criptana… dos que en otro tiempo fueron uno. Avanza por el camino, y al poco se encuentra la carreterilla de Arenales a Alameda de Cervera. Y allí, muy cerca, se ve la Casa de las Mulas, en Arenales, y al otro lado la Casa de El Siete, en término de Criptana. No es esa casa el único topónimo que tiene «El Siete». También hay un paraje en término criptanense que así se llama. Y al sur está el lugar de El Raso, y un poco más allá, más al sur, la Casa de Villena. En éstas se cruza el caminante con el camino de la Casa del Tejado a la Casa de Castilla. La Casa de Villena queda a norte. Conveniente es advertirlo para que nadie se despiste.
Mira al otro lado del camino. Hay otra casa. Es la de Ropero. Pero allí mismo está la Casa de Castilla. Es el lugar auténtico cruce de caminos que quizá tuvo importancia en otros tiempos. ¿Cuántos caminos convergen allí? Pues nada más y nada menos que seis, que no es poco. Y además cerca el mapa moderno tiene una línea azul discontinua. Eso es una corriente de agua. La seguimos hacia el sur, y nos lleva, así como quien no quiere la cosa, a los canales del Guadiana, allí a lo lejos, en Tomelloso y en Argamasilla de Alba. No espere, por supuesto, el caminante, y tampoco el lector, encontrar esta acequia, por llamarla de alguna manera, en el mapa del Instituto Geográfico Nacional de 1886. No está. Es obra del hombre; no es río natural. La buscará hoy el caminante, y lo hará en vano. No la encontrará.
Se queda allí el caminante, junto a la Casa de Castilla. Mira a todos lados, alrededor. Es como una gota en un mar, es como una hormiga en la llanura… tan insignificante… tan efímero.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO