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Caminante, Camino, campo de criptana, Enseñanza, Escuela, Escuela Nacional Graduada de Niños, Juan José Escribano, Maestro, Mauricio E. Morales, Oposición, Plaza, Provincia, Suplemento a la Escuela Moderna, Tribunal
Dejamos, por un día, o a lo mejor por más, las aventuras del caminante por caminos de Criptana y nos centramos, sin que sirva de precedente (porque a la historia del caminante y sus caminos hay que ponerle su puntilla, se quiera o no, porque no está bien dejar las cosas a medias, no sea que vituperen a uno por dejado…), en cosas de las escuelas criptanenses de otros tiempos.
Son hoy las oposiciones de magisterio masivas, como todas las oposiciones de nuestros tiempos, y suelen, por lo general, celebrarse en las capitales, de provincia o de comunidad autónoma. Pero hubo un tiempo en que en Campo de Criptana también tenían lugar oposiciones. Un ejemplo es este anuncio de convocatoria que hemos encontrado en la revista del gremio de la enseñanza, Suplemento a la Escuela Moderna, año XXXVIII, nº 3347, del 2 de febrero de 1929, pág. 185. Dice así:
Se convoca a los señores opositores a la plaza de Maestro de Sección de la Escuela nacional graduada de niños, de Campo de Criptana (Ciudad Real), para que hagan acto de presencia en el local de la referida Escuela, el día 15 de febrero próximo y hora diez de su mañana, con objeto de dar comienzo a los ejercicios de oposición.
Campo de Criptana, 16 de enero de 1929.- Por el Tribunal: El Presidente, Mauricio E. Morales.- El secretario, Juan José Escribano.
Es, pues, un capítulo más de esa historia casi interminable, casi inagotable, casi infinita en informaciones, que es la de la enseñanza en Campo de Criptana, sus escuelas, sus maestros, y sus cosas. Conocemos por este anuncio el nombre del presidente del tribunal, también el del secretario, Juan José Escribano, persona bien conocida en el Criptana de aquel tiempo. Es una lástima que no hayamos podido averiguar los nombres de los componentes del tribunal. Tampoco, es cierto, le hemos dedicado mucho tiempo, pero algún día lo haremos, y podremos, quizá, componer el repertorio de nombres que tendrían que examinar a los aspirantes a esa plaza.
Y así, como quien no quiere la cosa, hemos cambiado de tercio, y de polvorientos caminos e infinitas llanuras nos hemos venido a una escuela criptanense del año 1929, y hemos dejado al caminante y nos hemos encontrado todo un tribunal, bien compuesto y listo para calificar.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO