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El corral de la bodega: Óleo de José Manuel Cañas Reíllo (2015)

Tienen por norma y cosa natural los amigos de lo ajeno el no hacer ascos a nada, y el apropiarse de los bienes y productos más insospechados. Ya hemos visto en este blog muchas historias de robos, especialmente aquella oleada que aquejó a Arenales de San Gregorio en 1941.

Traemos hoy una más, que no será sino la del misterioso robo de…. ¡las madejas de cáñamo!… madejas que se llevó alguien de una bodega próxima a la estación férrea de Campo de Criptana. Y como es de rigor en estos casos, se pusieron en marcha inexorable los resortes de la justicia, y su mecanismo comenzó a funcionar, poco a poco, pero con firmeza (que no es ironía). Y llegó el caso al juez de Alcázar de San Juan y se tomó la cosa muy en serio, e hizo publicar  un «Se busca» en condiciones, que para eso la justicia es ciega y tanto persigue a un ladrón de canicas como a los ladrones del Tesoro del Delfín.

Y hemos encontrado ese «Se busca», en este caso, en el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia, núm. 87, del 12 de abril de 1907. Lo promulgó Camilo González Meléndez, «Juez de instrucción de esta ciudad (Alcázar de San Juan) y su partido». Y dice así la requisitoria:

Por la presente requisitoria se cita, llama y emplaza á un sujeto llamado Vicente, cuyos apellidos se ignoran, natural de Cieza, de unos veinticinco á veintiséis años, estatura regular, mas bien alta, pelo castaño, usa bigote, viste chaqueta negra y blusa color plomo, pantalón de paño color café, alpargatas blancas y gorra azul marino, se ignora el paradero actual de referido sujeto, el que en unión de otro, robó en veinte del corriente mes, de una bodega inmediata á la estación férrea de Campo de Criptana, diez madejas de cáñamo.

Por descripción que no quede en cuanto a detalles, como se puede ver. Son de alabar, por supuesto, la prodigiosa memoria visual de los testigos del robo y lo bien conjuntado que iba el susodicho ladrón. Como era preceptivo, se les daba diez días a partir de la publicación de la requisitoria en la Gaceta de Madrid y en los boletines oficiales de Murcia y de Ciudad Real, para que compareciesen en el Juzgado para prestar declaración en el sumario abierto contra ellos en el que ya se había decretado prisión. Se pedía también a las autoridades y agentes de policía que se procediese a la búsqueda de tales sujetos. La requisitoria fue dada en Alcázar de San Juan el 30 de marzo de 1907.

Y ahora cambiemos de tercio, porque, reconoce el que escribe, no tenía ni idea de lo que es una madeja de cáñamo. Se ha puesto el que escribe, en consonancia y para no dejar tan al descubierto su ignorancia en cuestiones relacionadas con la madeja de cáñamo, a buscar qué es tan rimbombante objeto, y lo ha encontrado. Y es algo de lo más normal: Es ese material fibroso que utilizan los fontaneros para el sellado de juntas y roscas ¡Pues diez de éstas se llevaron el «bien conjuntado» y su compinche!

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO