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Da para mucho Criptana en el tiempo, en el pasado. Busquemos por donde busquemos, por muy recónditas que resulten las publicaciones, encontramos el nombre de Campo de Criptana, y encontramos también a criptanenses de otros tiempos, criptanenses cuyos nombres han caído ya en el olvido porque toda su generación ya pasó. El tiempo y la memoria son, guste o no, inexorables… especialmente la memoria. Y el olvido es como un pozo sin fondo que nunca se sacia.

En esta ocasión nos vamos al año 1840, tiempo proceloso de guerras de vaivén, de guerras que surgen donde menos se lo esperaba uno en España, a lo mejor también guerras de todos contra todos por las razones por las que son siempre las guerras… por vanidad y por ambición. En este contexto nos situamos, en el de la España de las Guerras Carlistas, en particular al final de la Primera de ellas, que en esto el tropezar de la piedra se repitió a lo largo de todo el siglo XIX. Hubo entonces un ir y venir de unos bandos y otros.

Y así, el Boletín Oficial de la Provincia de Soria, núm. 83, del 10 de julio de 1840, publicada un anuncio de la Comandancia General de esa provincial en el cual se exponía la:

Relación de los individuos que, procedentes de las filas enemigas, se han acogido á indulto en esta provincia en el mes de Junio de este año.

Y sigue el listado con indicación, para cada individuo, de puesto en el ejército, nombre, nombres de los padres y de las madres, y los pueblos de procedencia.

Y buscando y buscando en el listado llegamos casi al final, y allí vemos el nombre de Campo de Criptana. ¿Y quién es el criptanense? Pues ni más ni menos que José Carramolino, hijo de Isidro y de Ana María Sánchez. Y su puesto en el ejército era el de alférez.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO