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Es la lengua española rica, tan rica que, de vez en cuando, cuando uno se introduce a bucear en textos de otros tiempos (del siglo XIX sin ir más lejos), encuentra usos léxicos y expresiones chocantes que precisan de una urgente consulta del DRAE. Añadamos a esto que, de vez en cuando encontramos también noticias sobre una de las instituciones sin las cuales no se podría comprender la historia española del último siglo y medio, sin las cuales no se podría concebir hoy día el panorama social de la España rural. Es la Guardia Civil, también llamada Benemérita.

De vez en cuando encontramos noticias curiosas protagonizadas por la Guardia Civil, noticias que justifican su designación, “Benemérita”. Un ejemplo es la enigmática noticia que se publicó en el periódico La Correspondencia de España, año XV, núm. 1455, del 10 de junio de 1862. Dice así:

El sargento José Fernández y el guardia civil José Valdivia Peñalosa, del puesto de Campo de Criptana, han librado de una muerte casi segura a José Sepúlveda, vecino de aquel pueblo, que envuelto entre una yunta de mulas, muerta por una exhalación, se hallaba casi asfixiado por la electricidad.

Se ha quedado el que escribe, nada más leer este texto, algo atónito. Tiene que reconocerlo. ¿Qué significa aquí “exhalación”? ¿Y qué electricidad? Esta última en aquel tiempo sólo podía tener un origen natural, y esto ya nos va dando una pista. Nos hemos ido para solventar las dudas al DRAE y hemos buscado “exhalación”. Encontramos cuatro acepciones. La primera es la esperada, la más usual:

Acción y efecto de exhalar o exhalarse.

Pero ¿murieron las mulas por esto? ¿qué tiene esto que ver tal hecho con la electricidad que además, en aquel tiempo, no existía tal y como hoy la conocemos? Tenemos que ir a la segunda acepción para iluminar un poco más nuestra consideración del asunto que nos trae entre manos:

Rayo (chispa eléctrica).

Esto sí nos casa más en la historia. Podemos deducir que un rayo alcanzó a la yunta de mulas y envolvió al criptanense citado que, de no haber sido por la rápida intervención del guardia civil, habría muerto electrocutado. ¡Qué cosas tiene la naturaleza! ¡Y qué casualidades! El término “electricidad” se recoge por primera vez en un diccionario de español en el de 1787 de Esteban Terreros y Pando, Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes, Madrid: Viuda de Ibarra:

Termino de Fisica, y de la Historia Natural, cualidad, ó virtud de algunos cuerpos, que atrahen, ó apartan á otros.

Y así, resueltos estos misterios, concluimos este artículo aún boquiabiertos ante tamañas sorpresas lingüísticas.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO