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Abacería, Ángel Escala, Ávila, Calle, campo de criptana, Cecilio López, Ciudad Real, Coloniales, Cuenca, Economía, Establecimiento, Eusebio Quintanilla, Fábrica de electricidad, Fábrica de gas, Fábrica de gaseosa, Frutos de la tierra, Ganadero, Gaseosa, Guadalajara, Guía industrial, Hielo, Isidro López, Jesús Gómez, José Antonio Muñoz, José Enríquez, José María Quintanilla, José María Rufián, Madrid, Manuel Alberca, Oficio, Patricio Cruz, Polo, Santiago Masa, Segovia, Sifón., Tablajería, Toledo
Sigue esta serie, y parece que para largo, serie, nunca mejor dicho, de artículos y de oficios y establecimientos, y de nombres de criptanenses de hace ochenta y nueve años, que no es poco. Muchos de estos nombres, sin embargo, a pesar de los embates del olvido y de la desmemoria, aún permanecen en el recuerdo de muchos criptanenses; muchos criptanenses, incluso, recuerdan dónde estuvieron esos establecimientos, que en algunos casos perduraron mucho en el tiempo, tanto que se convirtieron en elementos esenciales de ciertas calles, en lugares emblemáticos que llegaron a ser coordenadas espacio-temporales fundamentales en la vida cotidiana de Campo de Criptana.
Seguimos, pues, tomando como punto de partida la Guía industrial y artística del centro: Madrid, Ávila, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Segovia, Toledo, publicada en 1930. Y tal y como decimos en el título, acabamos con la “f”, con el ramo de “frutos de la tierra” y comenzamos con la “g”, con ganaderos, gas (fábricas de), y gaseosas (fábricas de):
Frutos de la tierra:
Manuel Alberca
Isidro López
Santiago Masa
José Antonio Muñoz
Ganaderos:
Patricio Cruz
José Enríquez
Gas (Fábricas de):
Eugenio Quintanilla
Gaseosas (Fábricas de):
Ángel Escala
Viuda de Jesús Gómez
Cecilio López
José María Quintanilla
José María Rufián
Veíamos hace unos días apartados dedicados a fábricas de electricidad; hoy encontramos una fábrica de gas. Cuando dice el que escribe que en Criptana había de todo, y que lo único que faltaba era el mar… cree el que escribe estar en lo cierto. Para prueba un botón, o mejor dicho, muchos botones. “Frutos de la tierra”… denominaciones de otros tiempos, ya perdidas… como abacería, como tablajería y especialmente aquellos famosos coloniales que tanta gloria dieron al comercio de otros tiempos, no sólo por los productos que vendían, sino también por la estética de sus locales, abigarrada, colorista, como tiempo detenido, imágenes del pasado congeladas como queriendo esquivar el olvido. Reconoce el que escribe que, con tales evocaciones, despierta nostalgias y añoranzas propias; a lo mejor también las de ajenos. Nunca se sabe. Y respecto al último apartado, el de fábricas de gaseosas, suponemos que también de sifones, y a lo mejor también de polos de hielo, y de hielo. Por aventurar que no quede.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO