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Monumento a Cristóbal Colón (Madrid): Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2012)

Monumento a Cristóbal Colón (Madrid): Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2012)

El 12 de octubre de 1914 se celebró por primera vez en España la fiesta que conmemoraba el descubrimiento de América. Tal fiesta comenzó desde 1915 a llamarse del «Día de la Raza», y en 1918 Alfonso XIII hizo de ella fiesta nacional. Era la intención inicial de esta idea que tal fiesta fuese elemento de cohesión de España con todos los países iberoamericanos, aunque no todos ellos estaban de acuerdo ni lo estarían después con los planteamientos ni con el nombre que se le dio primero y se leacabaría dando después. Desde entonces es ese 12 de octubre fiesta nacional en España y en muchos países iberoamericanos, y «Día de la Raza» se llamó aquí hasta 1958, fecha en que cambió su nombre por el de «Día de la Hispanidad».

Tenemos una crónica de la celebración que se hizo de aquel «Día de la Raza» en Campo de Criptana en el año 1921. Se la debemos, como no podía ser de otra manera, al corresponsal criptanense del periódico El Pueblo Manchego, aquel personaje al que tanto y tanto debemos en este blog porque nos dejó una imagen muy nítida de cómo era Campo de Criptana entonces, de su vida social, de su vida económica, de cómo se vivía entonces en él y, también, a veces, de cómo se moría. Son especialmente interesantes los vivos retratos que este corresponsal nos hace de acontecimientos festivos en Campo de Criptana. Y entre ellos está este «Día de la Raza» de 1921, del que nos dejó un cumplido relato en el periódico citado, en el número correspondiente al 14 de octubre de ese año, con el título La Fiesta de la Raza. Veamos así, pues, cómo fue aquella fiesta, hace ya noventa y tres años:

Con gran solemnidad se ha celebrado la Fiesta de la Raza, en el salón de actos de las escuelas de niñas para conmemorar el descubrimiento del Nuevo Mundo y estrechar los lazos de amistad con los países sub-americanos (sic, por «suramericanos» o «sudamericanos»).

Al aparecer la Bandera de la Patria, la concurrencia la saluda con aplausos y los niños entonan el himno a la misma, que es escuchado con atención, y al terminar, en breves frases, declara abierto el acto el Sr. Alcalde, quien se muestra complacido y señalada (sic, por «señala») la necesidad de unirnos en estrecha amistad con aquellos países que al otro lado de los mares hablan el mismo idioma y profesan las mismas costumbres, terminando con un ruego a los Sres. Maestros para que continuen en su labor inculcando en el niño amor, junto con la educación y la cultura y de ese modo serán mañana hombres útiles a la sociedad y a su Patria chica; y ruega a los niños que cuando escriban a sus compañeros americanos les envien un abrazo cariñoso del pueblo de Campo de Criptana.

John Vanderlyn: Desembarco de Cristóbal Colón en Guanahani (1837-1847). Washington, United States Capitol

John Vanderlyn: Desembarco de Cristóbal Colón en Guanahani (1837-1847). Washington, United States Capitol

Nótese el estilo inflamado y pomposo al qu recurre el corresponsal en este escrito, y el lenguaje florituresco de la crónica, muy en consonancia con los otros escritos de este mismo corresponsal al que ya hemos hecho referencia tantas y tantas veces en este blog. Obsérvese además que el uso en este caso de la expresión «Patria chica» puede que no sea acertado. Según el DRAE, la «Patria chica» es el «lugar, pueblo, ciudad o región en que se ha nacido», pero no se refiere a un país, España, como sería aquí el caso.

Y como la materia es abundante y el tiempo poco, y ya es tarde, y la noche está a punto de caer, y puesto que no queremos cansar al lector con tanta fiesta del Día de la Raza, es conveniente que dejemos para mañana lo que sigue en esta crónica, a saber, las intervenciones infantiles, el discurso y la parte poética, elementos que no pueden faltar en tales conmemoraciones. Por cierto, el alcalde criptanense que intervino en el acto con su discurso era por aquel entonces Juan Vicente Alarcón.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO