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Tras la Guerra de Independencia Napoleón restituyó en el trono de España a Fernando VII (1784-1833), como legítimo sucesor de Carlos IV. El que a su llegada fue apodado «El Deseado», con el tiempo se convirtió en el «Rey Felón», es decir, «el rey malvado». Y no es extraño, porque en 1814 Fernando VII restaura el absolutismo en España y su comportamiento político Le atrae los odios de la población.

Sin embargo, fueron muchos los municipios que proclamaron su adhesión pública. El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, le dedicó la Puerta de Toledo, con la inscripción latina que la corona. Por supuesto, no fue Madrid el único ayuntamiento que se apresuró a rendir pleitesía al nuevo rey. Otros muchos siguieron el ejemplo, por lo que pudiera pasar en el futuro. Y demostraron que no se equivocaban, porque más valía estar a bien con este rey que ha pasado a la historia como uno de los peores borbones.

También Campo de Criptana, por medio de sus autoridades, cumplió con esta ceremonia de adhesión, que está firmada por el cura párroco por aquel entonces, Rafael Vélez, por el alcalde primero, D. Gregorio Bayllo y por el juez, D. Cayetano Izquierdo.

Para que quedara clara esta declaración de pleitesía, el texto se publicó en el periódico El Procurador General del Rey y de la Nación (nº 51, 3ª época, Jueves 21 de julio de 1814). Por supuesto, se trata de un periódico del régimen, como indica el hecho de que en su portada figurara siempre el lema «Viva Fernando».

El texto de la adhesión publicado en este periódico decía así (p. 415):

«El día 27 de Junio tuvieron el honor de besar la mano, y cumplimentar á S. M. y AA. Don Rafael Velez, del hábito de Santiago, cura párroco del Campo de Criptana, y D. Gregorio Bayllo, alferez de fragata retirado de la Real Armada, alcalde primero, á nombre del ayuntamiento, clero y vecinos de la misma villa, y D. Cayetano Izquierdo, juez de letras, por sí, el primero de los quales, dixo:

Señor: la villa del Campo de Criptana, sus autoridades y clero que en el Quintanar de la Orden tuvieron la honra de felicitar á V. M. por verle libre de la opresión del tirano de la Europa [se refiere a Napoleón] vuelven hoy á disfrutar de tan placentera satisfacción con motivo de hallarse ya V. M. colocado en el trono de sus predecesores, y en la integridad de su soberanía: el cielo conceda á V. M. dilatados años de vida, y el acierto necesario para la felicidad de sus vasallos, y prosperidad de la Iglesia, cuya grande obra está concebida en el corazón de V. M. desde el momento feliz que subió al trono: éstos, Señor, son los sentimientos y deseos de los habitantes del campo [de Criptana], para cuyo logro no ha habido sacrificio á que no se presten con muy distinguida eficacia, manifestando en las mas apuradas circunstancias el mayor respeto, amor y fidelidad á V. M.

S. M. oyó con el mayor agrado esta expresión, manifestando hallarse muy satisfecho del amor y fidelidad de los habitantes del Campo de Criptana».

Hasta aquí la nota publicada en el periódico. Como es evidente, las autoridades hablan en nombre de toda su villa con términos de adulación y lisonja que, al parecer, eran muy del gusto del rey.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO