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De cómo fueron las ferias y fiestas criptanenses en honor a su patrono, el Cristo de Villajos, en el año 1886 nos lo cuenta una carta publicada en el periódico La Unión, año V, núm. 1.421 del jueves 23 de septiembre de 1886. Iba esta carta, escrita el día 22, dirigida al director del periódico, y tenía por título Fiesta del Santísimo Cristo de Villajos. Puesto que la suponemos escrita por un criptanense testigo del acontecimiento, creo que le debemos una gran credibilidad, aunque lo cierto es que al lector criptanense actual habrá cosas de este relato que le sorprendan. He aquí el texto tal y como se publicó:
Campo de Criptana 22 de Setiembre de 1886
Mi distinguido amigo: Terminados los festejos religiosos y profanos que con motivo de la festividad del Santísimo Cristo de Villajos, patrón de esta importante villa, se han celebrado en estos días, no quiero dejar más tiempo sin comunicarle tan fausto acontecimiento, que tanto honra á esta religiosa feligresía de la comarca manchega.
El jueves próximo pasado, á la caída de la tarde, y segun la tradicional costumbre, se trasladó desde su preciosa ermita, extramuros á este pueblo, la veneranda imágen del Santo Cristo, saliendo á recibirle procesionalmente con palio á la orilla del mismo, este virtuoso Clero y todas las autoridades locales, realizando su entrada triunfal al oscurecer, entre los acordes de una multitud de cohetes y escogidas piezas, ejecutadas por la banda de música de este Municipio, dirigida por D. Primitivo Pozo, teniendo ocasión de admirar las calles el tránsito literalmente cuajadas de gente, y las fachadas de sus casas profusamente iluminadas con exquisito gusto. Al llegar al templo parroquial se entonó el Te Deum por el nuevo Ecónomo de ésta, profundamente conmovido, y con este acto terminó la ceremonia de traslación.
El sábado por la tarde se cantaron solemnes vísperas por todo este Clero, y en su noche un solemnísimo Te Deum á toda orquesta, dirigida por el citado Sr. Pozo; el 19, día primero de la festividad, se celebró Misa solemne, oficiándola la ya referida orquesta, quien nada dejó que desear, y predicando un elocuente discurso, que le colocó á la altura de su merecida fama, el Presbítero señor D. Domingo Sánchez Sepúlveda, y el 20, segundo y último día de función, se celebró otra en igual forma y sitio que el primero, cantándose la Misa del Sr. Ovejero por la orquesta que dirige D. Francisco Gomez, y predicando el Sr. D. José Vicente Lopez Manzanares, quien, con la unción evangélica que le distingue, tuvo pendiente de sus labios al escogido y numeroso auditorio que, lleno de santo entusiasmo, se agolpaba en este espacioso templo para escucharle y admirar las grandezas y el amor del Santísimo Cristo á los hijos de este pueblo, y por la tarde se verificó la traslación solemne del Santísimo Patrono á su citada ermita con la mayor reverencia y entusiasmo enmedio de una concurrencia extraordinaria y con una fé muy poco comun en los calamitosos tiempos que alcanzamos, siendo presididos todos estos actos por las dignas autoridades, que no han omitido medio para solemnizar á su Patrono y tributarle cordiales acciones de gracias por haber librado á este pueblo del terrible azote del cólera; hasta aquí la parte religiosa.
Respecto á las fiestas profanas debo manifestarle que aunque el pueblo no se encuentra en condiciones de hacer desembolsos pecuniarios por la reciente invasión en sus campos del insecto devorador de la langosta, con todo no ha dejado de proporcionar al público (aunque en pequeña escala) algunos ratos de distracción amenizando la concurrencia en las dos noches de féria, quemando en unas vistosas ruedas de fuegos artificiales, durante los cuales se tocaron variadas piezas, y seguidamente función de teatro, y en la otra también amenizó la velada la banda del Sr. Gomez con las escogidas piezas de «sinfonía de Marta», «variaciones sobre motivos de la Semiramis», el duo de tiple y bajo del «Trovador» y otras.
De V. afectísimo s. s. y a. q. b. s. m. X.
Respecto a la fechas de la festividad, hay que especificar algo más la información que proporciona la carta. Teniendo en cuenta lo dicho, la imagen del Cristo habría sido trasladada de la ermita a la parroquia el jueves 16 de septiembre, y el 19 fue domingo.
Encontramos nombres de varios sacerdotes en la parroquia criptanense de entonces, como el presbítero Domingo Sánchez Sepúlveda y al predicador José Vicente López Manzanares. El nuevo ecónomo, cuyo nombre no se dice, quizá pueda identificarse con Pedro Aparicio; su nombramiento para este cargo salió publicado en este mismo periódico La Unión, año V, núm. 1.416, del lunes 20 de septiembre de 1886, aunque quizá fuese efectivo desde unos días antes.
La música tuvo un lugar importante en la festividad. Se da cuenta de la banda municipal, dirigida por Primitivo Pozo y de una orquesta bajo la dirección de Francisco Gómez. Por cierto, Primitivo Pozo aparece entre los firmantes, junto a otros muchos criptanenenses católicos de la época (entre ellos el ya citado José Vicente López Manzanares), de un manifiesto de adhesión al Papa que habia publicado el periódico El Siglo Futuro, nº 130, del 7 de junio de 1876. La «Misa del Sr. Ovejero», que interpretó la orquesta, debe identificarse con la Misa de Gloria del maestro Ignacio Ovejero y Ramos (1828-1889). Compuso óperas, como Hernán Cortés (1848), zarzuelas (La Cabaña, La venta del Puerto, etc.). Fue organista supernumerario de la Real Colegiata de San Isidro, en Madrid, desde 1852 y 1855, y desde 1870 ocupó la plaza de organista en las Descalzas Reales. Compuso mucha música religiosa: un Pater Noster, un Te Deum y 12 misas.
La fórmula de cortesía abreviada con la que termina la carta (s. s. y a. q. b. s. m.) se puede interpretar como: «seguro servidor y amigo que besa su mano».
Y todo esto, a pesar de la angustiosa situación que, según dice el redactor de la carta, vivía Campo de Criptana por aquel entonces.
Sobre Campo de Criptana en 1886 nos da interesante información el Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración, 1886, núm. 20, pág. 1025. Voy a proporcionar los datos principales, dejando el resto para otra ocasión. Según este Anuario tenía Campo de Criptana por aquel entonces 6.500 habitantes, y ya contaba con dos casinos: el de la Concordia y el Primitivo. Era el alcalde Silvino Pulpón, el secretario del ayuntamiento Pío Cañadas Alcázar, el juez municipal Justo Alonso y el fiscal Juan Baíllo. El párroco era Teodoro Espadas, y el notario Saturnino Cenjor.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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