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Hemos hablado mucho en este blog sobre los periódicos que se publicaron en Campo de Criptana en las primeras décadas del siglo XX. Unos, como Sancho Panza y El Sarmiento, tenían un marcado carácter local y se centraban, sobre todo, en cuestiones relacionadas con la vida consistorial, con la vida social y con sucesos, todo ello, con una potente carga sardónica y mucha gracia y mucho salero, y a veces mucha mala idea (véanse sobre el primero: De casinos, reformas y críticas: Las ironías del periódico «Sancho Panza», Campo de Criptana, 1912; La otra cara de la moneda: Las necrológicas del periódico «Sancho Panza», Campo de Criptana, 1912; Prensa y libertad de expresión en Campo de Criptana: El periódico «Sancho Panza», 1904; y sobre el segundo: El quincenal «El Sarmiento»: Crónicas de ‘Pepe el Tranquilo’ y publicidad, Campo de Criptana, 1922). Hubo además un periódico con otras pretensiones. Era El Pueblo, de ideología republicana. Su lema era «Elecciones libres, Economías en la Administración Pública, Orden y Moralidad». Tenía su sede en Campo de Criptana y salía de una de sus imprentas, pero aspiraba a tratar temas de política nacional e, incluso, internacional. Incluía también sección de sociedad, pero no se circunscribía a Campo de Criptana: estaban también muy presentes otros pueblos de la comarca, especialmente Herencia. Eran sus artículos combativos y eran muchos los blancos de sus republicanos y afilados dardos, especialmente la Iglesia, el Estado y la Monarquía. Pero tenía el periódico El Pueblo un enemigo predilecto: el caciquismo y los caciques, en este caso los de La Mancha.

Y un artículo de El Pueblo costó la cárcel a uno de sus corresponsales, que firmaba como F. Hurbea (o Urbea) Zanón, al parecer, en Campo de Criptana. Nos cuenta los detalles un artículo publicado en el diario El País que, republicano, al igual que El Pueblo, no tardó en utilizar a la figura de Hurbea Zanón como mártir del caciquismo y del juez de Alcázar de San Juan, al que se culpaba de todo. Así, este periódico nos cuenta en el número del 9 de mayo de 1904 que ya eran conocidas las arbitrariedades del juez interino de Alcázar de San Juan; y entre ellas figuraba la venganza sobre el corresponsal criptanense usando como pretexto un artículo que éste habría publicado en El Pueblo. ¿En qué consistió esta venganza? Pues, ni más ni menos, que en el encarcelamiento del periodista con la «enorme cantidad» de 4.000 pesetas como fianza.

Mes y medio después, seguía el corresponsal criptanense en la cárcel. Y vuelve en esta ocasión el periódico El País (núm. del 18 de junio) a arremeter contra el juez  interino de Alcázar y, a la vez, aprovecha para atacar al caciquismo manchego imperante en la época, con un artículo titulado, El caciquismo en Alcázar. Ni había tomado nota de sus quejas el juez, ni el Ministro de Gracia y Justicia les había hecho caso, y seguía el periodista criptanense en la cárcel. Veamos ahora qué nos cuenta el periódico El País:

El caso es, ó mejor dicho, viene siendo, desde hace tiempo, que un distinguidísimo escritor manchego, nuestro querido amigo el Sr. Hurbea Zenón, va á encanecer en la cárcel del Campo de Criptana por el espantable delito de haber publicado unos artículos en el excelente colega republicano de aquella población, El Pueblo, combatiendo el caciquismo local y singularmente, aunque ageno (sic) el asunto á los intereses de dicha comarca, los desafueros cometidos por un alcalde valenciano.

Refiere El País que primero se había procesado a Hurbea Zanón por un artículo escrito en referencia a este alcalde valenciano. Habría quedado en libertad después, y de nuevo fue encarcelado por otro artículo, también publicado en el periódico criptanense El Pueblo. Como consecuencia de este encarcelamiento, el periodista republicano criptanense se había visto obligado a desatender las necesidades de su familia, que tuvo que ampararse en:

… confiar en la probada generosidad de los correligionarios de la Mancha y de todas las regiones españolas, para vencer la angustiosa situación que le han creado sus valientes campañas contra el caciquismo.

Finalmente Hurbea Zanón salió de la cárcel y, con este motivo, escribió un artículo que se publicó en el periódico El País, del 26 de diciembre de ese mismo año. Y comenzaba así:

¡Qué hermosa eres, sacrosanta libertad! ¡Qué bella y qué sublime resultas, cuando se ve uno en inmundos calabozos! Sí; únicamente allí, es donde se te aprecia en todo su valor, en todo tu ser.

Nos dice después que siete meses y medio fue el tiempo que estuvo en un

… hediondo y húmedo calabozo, no veía los refulgentes y hermosos rayos solares que vivifican y dan vida á la encantadora Naturaleza, donde el alma se extasía ante tal encanto; siete meses y medio que, los miasmas producidos por las emanaciones corrompidas de lóbrego calabozo, me hicieron enfermar, hasta tal punto, que mi vida corría grave peligro…

A continuación explica cómo su encarcelamiento fue la oportunidad adecuada para denunciar el caciquismo en La Mancha, que:

… está tan arraigado, que el Comité de Ciudad Real ha creído oportuno aprovechar mi estancia en ésta para que haga una fuerte y enérgica campaña antes de que salga para Valencia, de donde la Guardia Civil, por orden del entonces juez de Alcázar, D. José A. Castellanos, me sacó conducido á mediados de Marzo para meterme en la cárcel de este pueblo manchego.

Aprovecha después para agradecer a todos los republicanos que le ayudaron en momentos de tan gran angustia y tribulación. Escribe todo esto desde Valdepeñas, después de haber pasado también por la cárcel de Ciudad Real: «Por ahora, aquí estoy en Valdepeñas hasta que, por otro artículo, me lleven otra vez á la cárcel». Y firma: F. Hurbea Zanón.

El periódico El Pueblo tenía su sede en la calle Alcázar, 23, de Campo de Criptana, y compartía el espacio, al parecer, con un «Gran taller de tonelería»  que estaba regentado por Desiderio Vázquez y cuya publicidad encontramos en el mismo periódico. De la imprenta nos dice este anuncio publicitario:

Este establecimiento, surtido de un abundante y escogido material, se propone trabajar á precios sumamente económicos, confeccionándose los trabajos que se encarguen con la mayor prontitud y economía. Especialidad en toda clase de modelación, tanto en los Juzgados municipales, consumos y contribuciones, como en circulares, membretes, talonarios y cuantos trabajos se relacionan con la tipografía. Los pedidos se dirigirán al administrador de este periódico, D. Desiderio Vázquez.

Por cierto, tres años después enconramos a Desiderio Vázquez entre los comensales del banquete republicano que tuvo lugar en Campo de Criptana, el 29 de julio de 1907. En él se pedía el indulto para Nakens, director de el periódico El Motín (véase: Campo de Criptana, 1907: El banquete anticlerical, I).

Cosas así ocurrían cuando era tan fácil amordazar a la libertad de expresión y a la opinión pública. Esto ocurría en aquellos tiempos de caciques manchegos. Pero ¿estamos seguros de que ya no se amordaza, de que ya no hay censura…? ¿Estamos seguros de que ya no hay caciques? Yo no.

Por cierto, con el artículo de ayer, ya son 800 los publicados en este blog,

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO