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Fue por la festividad de Santa Cecilia, que el escritor José González Lara decidió honrar a la música. No había otra ocasión más idónea. Y ¿qué mejor manera de concluir la crónica melómana que con una «interviú» a quien mejor encarnaba el espíritu de la música en Campo de Criptana, y durante muchos años: el «Maestro Angulo»? Sin él no se entiende la historia de la música criptanense en el siglo XX, igual que sin González Lara no se entiende la reivindicación del legado legendario de Don Quijote para Campo de Criptana. Tal para cual; literatura y música. Y a ellos podríamos añadir el otro gran representante de la cultura de Criptana de aquella época, el hombre que amaba los libros más que nadie en este pueblo, a José Antonio Sánchez Manjavacas, poeta, bibliotecario, conferenciante y muchas cosas más. Años de penuria eran aquellos, pero no fue ello obstáculo para que la cultura criptanense pudiese alcanzar una cotas de esplendor y de calidad nunca superadas, gracias a personas como éstas.
Pero ya llegados a este punto, es hora de que volvamos al asunto, que no es otro que la crónica de González Lara sobre la música criptanense, que se publicó en el periódico Lanza, del 23 de noviembre de 1946, con el título Sentido musical de un pueblo. Continuamos, como ya hemos dicho, con la «interviú» al Maestro Angulo, que reproduzco tal cual, a excepción de las referencias a los interlocutores (ausentes en el original), que yo incorporo al texto para mayor claridad:
Es ya bastante tarde y quiero charlar un rato con el Maestro Angulo, para celebrar nuestra entrevista.
Lo encuentro delante de su mesa de despacho, quizá escribiendo algo referente al Concierto. Un saludo amable de su porte altivo y una sonrisa muy suya, cuando le agrada la visita, me acogen en la estancia y me dan la bienvenida. Yo, ansioso de hablar sobre un tema tan grato para mí como la Música, le abordo enseguida.
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GONZÁLEZ LARA: ¿Cuál fué, Maestro Angulo, el motivo de su inclinación tan entusiasta por la Música?
MAESTRO ANGULO: De pequeño, mi padre, gran amante de la música, me instó para que aprendiese solfeo. Yo, ante este deseo paternal un tanto imperioso, hube de aceptar y dí comienzo a las clases. Por mi corta edad, en la que siempre estaba pendiente del juego, no hacía mucho caso y a fuerza de «pescozones» pudo continuar los estudios. Mi primer maestro fue D. Jesús Gómez, entonces sacristán de esta Parroquia. Poco a poco mi inclinación se fué haciendo más vehemente y entusiasta y un día decidí dedicarme al violín. Durante mi estancia en Ciudad Real, perfeccioné mucho y logré tocar algo. La muerte de don Bernardo Gómez, director de esta Filarmónica, hizo cambiar radicalmente mis aspiraciones en el violín. Ante el gran desconcierto reinante por el fallecimiento de tan insigne Músico y Compositor, en la Filarmónica, se fijaron en mí para la dirección y yo, un poco asustado por lo que se me proponía, acepté. Aquí me tiene desde el año 1932 batallando al frente de esta Filarmónica a la que le debo tantos momentos de satisfacción.
GONZÁLEZ LARA: ¿Por cuál música siente Vd. verdadera predilección y qué compositor cree que interpretará mejor las emociones?
MAESTRO ANGULO: Beethoven es mi músico predilecto. Su música la escribe con el corazón y va directamente al corazón. De sus obras, las que a mi juicio son las mejores, «Septimino» y la Quinta Sinfonía. De los españoles, Turina, Albéniz y Falla, son los que mejor han sabido captar y comprender la psicología de nuestro estilo y de nuestras costumbres.
GONZÁLEZ LARA: ¿Es posible encontrar en este pueblo o en la Mancha, valores capitales de la música?
MAESTRO ANGULO: En la Mancha es difícil preciar exactamente si hay verdaderos músicos. Recuerdo que solamente han destacado nuestro paisano y antecesor mío D. Bernardo Gómez, y como contemporáneos Martín Gil y el Maestro Ruyra.
GONZÁLEZ LARA: ¿Está orgulloso de dirigir la Filarmónica Beethoven? ¿Qué proyectos tiene para el futuro?
MAESTRO ANGULO: Estoy francamente orgulloso, porque el trabajo que realiza toda la Filarmónica va teniendo sus frutos en todas partas y donde nos conocen nos atienden muy bien. Una de las causas esencialísimas por la cual me encuentro muy satisfecho de esta Dirección, es la de que poseo unos hombres disciplinados que procuran cumplir mis indicaciones, tanto artísticas como educativas. Proyectos, tengo muchos, pero tropiezo con muchas dificultades. Mi mayor deseo es que la plantilla de la Banda estuviera completa. Para esto, necesitamos mucho instrumental y como es consiguiente mucho dinero, de cuya falta adolecemos. Otro inconveniente es el de recoger a chicos pequeños para educarlos en este ambiente musical, y como no tenemos medios de atracción alguno (sic) para esta edad, son muchos los chicos que después de empezar sus primeras lecciones lo abandonan y ya puede Vd. figurarse la necesidad que tenemos de ir reemplazando a los que, por su edad, deben retirarse.
GONZÁLEZ LARA: ¿Cree posible que de la Filarmónica pueda salir algún compositor?
MAESTRO ANGULO: No lo dudo, pero la dificultad estriba en que ninguno de los componentes de la Filarmónica tienen por oficio único la música. Todos tienen su trabajo manual que es el que, como vulgarmente se dice, les da de comer.
GONZÁLEZ LARA: ¿Por último, Maestro Angulo, ante el cuarto Centenario de Cervantes, tiene Vd. proyectos que puedan dar una gran solemnidad a estas fiestas?
MAESTRO ANGULO: Tengo algunos proyectos, pero como siempre hay muchos inconvenientes que salvar, todo depende de la ayuda que me presten algunas personalidades. Perdone que no diga más de esto, porque solo son proyectos que muchas veces me parecen irrealizables.
GONZÁLEZ LARA: Perdone, Maestro Angulo, que abuse un poquito de su amabilidad y aunque solamente eran cinco las preguntas que traía para que me contestase, voy a hacerle una última consideración. ¿Díga en qué concepto tiene al malogrado Falla? ¿No cree Vd. que como españoles y amantes de su música estamos en la obligación de rendirle un homenaje, aquí en la localidad?
MAESTRO ANGULO: Toda la Prensa ha reconocido el valor del mayor músico de nuestro tiempo y todo será poco para perpetuar su muerte. A pesar de que un homenaje al Maestro Falla es poco por merecerse más; no obstante, espero meditar esta sugerencia suya para en su tiempo, desde este rincón de esta Mancha dormida, decir al mundo que nos acordamos del más grande de nuestros músicos.
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El maestro Angulo cierra la entrevista con esta clásica sonrisa suya, que ya noté al principio, en la que manifiesta por entero toda su alma musical.
No hay testimonio más elocuente que esta entrevista sobre la situación de la música en Campo de Criptana en un periodo clave como fue aquél. Así veía la música en general, y la de Criptana, en particular, Manuel Angulo Sepúlveda, el «Maestro Angulo» (1904-1995), director de la Filarmónica Beethoven desde el año 1932 hasta el de 1983.
JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO
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