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Si pensabas, querido lector, que ya iba quedando poco para que pusiésemos la puntilla a esta serie, estabas equivocado. Yo también lo pensé así, y también me equivoqué. Todavía queda, y bastante, y ni yo mismo lo sabía ni lo podía imaginar. A lo mejor tampoco lo sabía aquel funcionario del juzgado criptanense que tuvo que encargarse de catalogar y describir todos y cada uno de los bienes y contenidos de la fábrica de harinas de la sociedad «Berruga, Sobrinos, López y González». Nos lo podemos imaginar, poco a poco tomando nota de todo uno de esos días que ni son de primavera ni son de verano, pero ya son calurosos. Nos lo podemos imaginar sudando la gota gorda, mientras escribe y toma nota, y escribe y observa, y escribe y recorre con la vista cuanto había en aquel enorme solar de la fábrica de harinas, y escribe y describe con detalle sus dependencias, y sus edificaciones, y su cobertizo, y todo lo que contenía cada uno de ellos y entre contenido y contenido, quizá una gota de sudor que corría por la frente, aquel día que no era ni primavera ni verano, pero en el que ya hacía, seguramente, algo de calor, como corresponde a esos días manchegos que no son ni primavera ni verano, pero son más del segundo que de la primera.

Mucho tuvo que trabajar, sin duda, aquel funcionario para componer el largo, casi infinito anuncio que se tendría que publicar en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 2 de junio de 1924, para hacer el efectivo el embargo a la sociedad «Berruga, Sobrinos, López González». Tenemos que agradecerle, sin duda, ahora, noventa años después, que fuera tan concienzudo, y que nos describiera con tanto detalle y cuidado cómo era aquella fábrica, tan bien tan bien que nos podemos hacer cuenta de que la hemos ido recorriendo como si de un viaje al pasado se tratara.

Y hora es que abordemos ya lo que corresponde al artículo de hoy, que será continuación natural de lo dicho ayer (véase: El embargo de la fábrica de harinas, Campo de Criptana, IV). Y así, a lo ya descrito se une lo que sigue engrosando poco a poco más y más el catálogo de bienes a embargar:

Una habitación de planta baja cubierta de teja ordinaria y puerta de entrada de madera de pino en bastante uso, enclavada a continuación del cobertizo deslindado en el número anterior, cuya habitación la distinguen sus dueños, los deudores, con el sobrenombre de habitación de las grasas y la cual ocupa una superficie de 49 metros cuadrados y linda por la derecha entrando y por la espalda o se al Poniente y Mediodía, respectivamente, con los herederos de don José Vicente Ortiz; izquierda de su entrada que es el Saliente, con otra habitación también propiedad de los deudores, conocida por la del motor de gas, y por su entrada o sea al Norte, con el referido patio que forma el solar.

El viejo molino de Göttingen: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

El viejo molino de Göttingen: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Y seguidamente se nos va a describir cómo es la habitación «del gas», que estaría anexa a la anterior, la de «las grasas».

Otra habitación construída también sobre el solar de referencia, que ocupa una superficie de 45 metros y 50 centímetros cuadrados, lindante al Mediodía o sea por la espalda, con los herederos de D. José Vicente Ortiz, izquierda o Saliente; con la fábrica de harinas relacionada anteriormente; por la derecha de su entrada o Poniente, con la habitación llamada de las grasas deslindada en el número anterior y por su entrada que es el Norte, el tan repetido patio que forma el solar donde todas estas dependencias se hallan.

Y como se llamaba esta habitación «del gas», lógico es que hubiese en ella un motor de gas, que, por formar parte integrante de la fábrica, también engrosará el catálogo de bienes a embargar:

Un motor de gas pobre sistema Winterthur, instalado en la habitación descrita en el número precedente, señalado con el número 92 y fabricado en el año 1906 por la Maquinista Terrestre, domiciliada en Barcelona. Su fuerza se calcula aproximadamente entre 55 y 60 H. P., no siendo conocida con exactitud por no recordarlo los deudores ni hacerse constar en sitio alguno del mismo, el que cuenta también con su correspondiente fábrica de gas para regenerar el necesario para su funcionamiento, así como con cuantos útiles y accesorios precisa para su puesta en marcha, todo ello convenientemente instalado y en buen estado de conservación, dentro de la mencionada habitación, excepto la fábrica de gas o regeneradores, que se encuentran debidamente instalados en un porche contiguo que tiene la siguiente descripción:

Un porche construído en el solar de que se viene haciendo mérito, que tiene por objeto guardar de la intemperie la fábrica de gas o regeneradores del motor reseñado anteriormente, que ocupa una superficie de 25 metros cuadrados, cubierto de teja ordinaria, lindante por la derecha o Mediodía con la habitación descrita en el número 4º en la que está instalado dicho motor; por la izquierda o sea al Norte el patio que forma el susodicho solar; al Poniente o sea por su entrada con el dicho patio y, por la espalda o Saliente, con la fábrica de harinas al principio reseñada.

Calle Virgen: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Calle Virgen: Foto de José Manuel Cañas Reíllo (2014)

Se cita repetidamente en este documento, y así lo hemos visto desde la primera entraga, a José Vicente Ortiz Quintanar como uno de los propietarios linderos del solar de la fábrica de harinas. Quizá ya ha llegado la hora de que hablemos un poco de él. Lo encontramos citado en 1881 entre los contribuyentes electores de Campo de Criptana, con residencia en la calle del Puente, núm. 16; pagaba una contribución de 103 pesetas con 71 céntimos (Boletín Oficial de la provincia de Ciudad Real, del 8 de enero de 1881). Por cierto era uno de los tres criptanenses que con esos apellidos «Ortiz Quintanar» aparecía en ese listado (¿quizá hermanos los tres?). Los otros dos eran Valentín Ortiz Quintanar, que vivía en la calle Magnes 10 (actualmente primer tramo de la calle de la Virgen), y Santos Ortiz Quintanar, aquel malogrado criptanense que fue asesinado cerca de su casa en la calle Empedrada núm. 14 (actual calle de la Virgen) (véanse sobre el primero: Juliana Ortiz Olmedo… en la flor de la vida, Campo de Criptana, 1885; y sobre el segundo: El extraño asesinato de Santos Ortiz, Campo de Criptana, 1885El extraño asesinato de Santos Ortiz: Algunas noticias adicionales, Campo de Criptana, 1885El extraño asesinato de Santos Ortiz: Nuevos datos del caso, Campo de Criptana, 1885; y El «monopoli» criptanense, Campo de Criptana, 1900, XIII: La calle de la Fontanilla). En 1895 fue nombrado José Vicente Ortiz vocal asociado por la Primera Sección para la Junta Municipal para el bienio 95-96 (Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, del 4 de septiembre de 1895). En el año 1903 figura en el listado de los mayores contribuyentes de Campo de Criptana, con una contribución de 250 pesetas con 79 céntimos (Boletín…, del 28 de enero de 1903). Aquí lo dejamos ya por hoy, lector. Mañana continuaremos.

JOSÉ MANUEL CAÑAS REÍLLO